No te engañes, Lectoescritora.

No sabes nada de ella,
poco de ti
y menos de la vida.

Enigmas, enigmas, enigmas.
Si quieres respuestas
lee, escribe, habla, escucha.

Dentro y fuera no es lo mismo,
pero no se elige.
Se vive, como May,
intentándolo, a trompicones,
con defectos, con voracidad.

Reclamar la identidad,
sostener la soledad,
apartar la volátil felicidad
como una cancioncilla cualquiera
y ser capaz de contarlo
solo si estás disponible:

¿Lo estás?